Núñez Feijóo, el discreto tecnócrata de las cuatro mayorías absolutas
Ha tenido que inaugurase el AVE Galicia-Madrid para que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (Os Peares, Orense, 1961), se suba al último tren de su vida política para ponerse al frente del partido de sus desvelos. Su equipaje es una gestión de récord, pues tomará el timón de Génova tras cuatro mayorías absolutas en el gobierno de su tierra natal. Sólo su paisano Manuel Fraga, fundador del PP y uno de los padres de la Constitución, tiene semejante registro en San Caetano.
Tras estudiar un internado de León y cursar el bachillerato en Orense, Feijóo se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela. Posee, además, el diploma de directivos de la Xunta de Galicia y es funcionario de la Administración autonómica, donde ingresó en 1985 como miembro del Cuerpo Superior de la Administración General de la Xunta.
En julio de 1991 fue nombrado secretario general técnico de Agricultura, Ganadería y Montes y accedió, tres meses más tarde, a la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, para desempeñar hasta 1996 el cargo de secretario general. Desde 1992 a 1996 ejerció el cargo de vicepresidente y secretario general del Servicio Gallego de Salud.
Romay Beccaría, su mentor
Así fue forjándose su perfil de tecnócrata, tan discreto como impermeable, bajo el padrinazgo de José Manuel Romay Beccaría, ministro de Sanidad en el primer Gobierno de José María Aznar y ex presidente del Consejo de Estado. «Reivindicar a hombres como José Manuel Romay Beccaría supone reivindicar el papel de la buena política», afirmó Feijóo sobre su mentor hace unos años.
Ahora, el barón gallego asume el mando tras el descarrilamiento de los noveles Pablo Casado y Teodoro García Egea, que han sido señalados por los suyos como sospechosos de la mala política, bajo la sombra del espionaje a su compañera de partido y presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Política de cloaca, de baja estofa, que no puede ser sino antítesis de esa buena política que Feijóo reconocía a Beccaría y que él mismo tiene como faro.
Posteriormente, Feijóo cogió las maletas para hacer su primera incursión en la corte de Madrid, ocupando entre 1996 y 2000 los cargos de secretario general de Asistencia Sanitaria en el Ministerio de Sanidad y Consumo y presidente del Insalud. Entre mayo del 2000 y junio del 2001 ejerció de consejero-director general de la entidad pública empresarial Correos y Telégrafos y desde junio del 2001 hasta enero de 2003 fue su presidente.
Aquel año regresó a Galicia para acceder al cargo de consejero de Política Territorial, Obras Públicas y Vivienda y en 2004 fue nombrado vicepresidente primero de la Xunta de Fraga. Cuando Don Manuel no logró formar gobierno en las autonómicas de 2005 por el pacto entre PSOE y BNG, se abrió el proceso de sucesión en el PP gallego y aquí Alberto Núñez Feijóo salió vencedor tras alcanzar un acuerdo con la candidatura de Xosé Manuel Barreiro, que fue su vicepresidente.
«A gobernar se viene aprendido»
Tras el peregrinaje en la oposición a Emilio Pérez Touriño, se convirtió en presidente de la Xunta en el año 2009. Y desde ahí hasta ahora, sumando cuatro mayorías absolutas. La última, en 2020, dejando a Podemos y Ciudadanos sin representación en el Parlamento regional. Los analistas han destacado su capacidad para desarmar a los nuevos partidos, apelando a la experiencia y la moderación. «A gobernar se viene aprendido», acostumbra a decir como embajador del sentidiño.
Cuando en 2018 Pedro Sánchez llegó a La Moncloa tras su moción de censura a Mariano Rajoy, Alberto Núñez Feijóo renunció a presentar su candidatura al Congreso que terminó ganando Pablo Casado, presidente del partido y jefe de la oposición hasta este 23-F de 2022. Sin embargo, su opinión siempre fue buscada en circunstancias delicadas como la deriva separatista en Cataluña o la posibilidad de una gran coalición PP-PSOE durante las negociaciones de la investidura de Sánchez.
Con un Vox al alza acortando distancia con los populares, habrá que ver ahora qué actitud adopta Núñez Feijóo respecto a la formación de Santiago Abascal, a la que ha llegado a calificar como la «ultraderecha de verdad». De momento, ya ha planteado que el presidente en funciones de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, negocie su gobierno «sin tutelas». Ni tu tías…